Cosas que he aprendido al ser Mamá

Aprendí que el corazón tiene una capacidad infinita para amar, que cuando crees que ya no puedes querer más, se incrementa y vuelve a hacerlo y que cuando nacen los siguientes hijos, ese amor se multiplica exponencialmente.

Aprendí que tengo un nuevo nombre y volví a perder el mío propio para convertirme en la Mamá de A. y la Mamá de J.

Entendí el significado de ”una sonrisa vale más que mil palabras”, porque hasta que fuisteis capaces de hablar vuestras sonrisas han sido mi guía.

Aprendí a hablar un lenguaje que sólo nosotros entendemos, y por eso me convertí en traductora oficial de nuestra casa.

Aprendí que ante un llanto puedo correr los 100m con obstáculos más rápido que cualquier deportista de élite.

Aprendí que incluso las lágrimas más duras se pueden curar con un mágico cura-sana, que cualquier herida vuestra me duele a mí mil veces más y que me cambiaría por vosotros cada vez que os ponéis enfermos.

Aprendí que bailar en el súper es lo más divertido del mundo con tal de oír esas carcajadas que os pegáis al verme hacerlo, que saltar a la charranca que hay dibujada, no tiene edad, que esas carcajadas son el motor de mi energía.

Aprendí a ser niña de nuevo, a vivir todas esas ilusiones y emociones que tenía olvidadas, a volver a hacer payasadas.

Aprendí que me importa bastante poco lo que piense de mí el resto de la gente; si hay que saltar, se salta, si hay que tirarse al suelo, se tira uno, si hay que ponerse a cantar a grito pelado, se hace…

Aprendí que no es posible planificar, que los planes se van al traste en cuestión de segundos, así que aprendimos a improvisar.


Aprendí tanto… sigo aprendiendo… a vuestro lado… cada día… y seguiré aprendiendo muchas, muchas cosas más.


Pero sobretodo, sobretodo, aprendí que mi vida sin vosotros ya no tendría sentido.