A veces con todo este ritmo frenético que llevamos, no nos damos cuenta de que hay que parar y respirar.
A mí me ayuda muchísimo a recargar las pilas el contacto con la montaña, y ayer, por unas horas, tuve la suerte de poder hacerlo, así que tengo ya las pilas cargadas a tope para las dos fiestas de cumple que se avecinan.
La primera mañana, así que en breve os la enseñaré ;-)
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